4.2 Equilibrio
El equilibrio es la distribución de los elementos a ambos lados de un punto o eje central de modo que unas partes estén en correspondencia con otras, el punto o eje central puede ser real (figura que forma parte de la imagen) o imaginario.
Podemos distinguir dos formas de composición equilibrada: Rígida: Aquellas que tienen absoluta similitud y correspondencia respecto a un eje siempre real. Variable: La correspondencia en las partes es más libre y elástica, esta mayor libertad puede traducirse en un cambio en las posiciones o actitudes de las figuras u objetos representados a ambos lados del eje central.
La fotografía equilibrada o simétrica es aquella que si se divide ya sea horizontal o verticalmente, al doblarla, una mitad coincide exactamente sobre la otra. El equilibrio perfecto implica que la vista no se sienta tan estimulada a pasearse por el encuadre, todas las formas que se repiten, se pueden utilizar para crear imágenes simétricas.
Una fotografía resulta tanto más agradable, cuanto más equilibrada sea la situación de los elementos que la componen.
Los elementos deben distribuirse de acuerdo a su "peso visual" (peso o volumen con que asociamos a cada elemento), conforme los colocaríamos en una balanza cuyo centro coincidiese con el del fotograma. Según esto, los elementos de mayor masa visual se colocarán más al centro, y los más ligeros hacia los márgenes.
El equilibrio también se extiende a las composiciones verticales, por ello los objetos más pesados deben estar abajo que los ligeros.
Recurriendo al símil de la balanza, si buscamos una composición simétrica y equilibrada habrá que imaginar la escena como una balanza de dos platillos y distribuir los elementos en consecuencia. Si perseguimos un equilibrio asimétrico los distribuiremos imaginando una balanza romana.
En fotografía a color, la noción de equilibrio, se extiende también a la intensidad y al contraste de los colores.
Una imagen mal equilibrada es rechazada mentalmente por cualquier observador, con lo que el resto de su mensaje puede ser totalmente inútil.
Lineas
Las líneas dominantes deben centrar la atención, no desviarla. Una de las normas más populares de la composición se basa en la repetición de las líneas y objetos, especialmente cuando el tema es una estructura.
Las líneas pueden ser, horizontales, verticales, curvas u oblicuas.
Las líneas horizontales expresan armonía y profundidad, paz y tranquilidad, mientras que las verticales limitan la profundidad y actúan como barreras entre la fotografía y la vista, es decir subrayan la grandiosidad del motivo.
Las líneas curvas y amplias dan una sensación de belleza y gracia, aportando movimiento a la composición. La vista recorre la línea de manera pausada y natural. Producen una sensación de paz y tranquilidad.
Las curvas en S, son otra forma de composición bella y armónica, y una de las más comunes. La vista sigue suavemente la curva hasta alcanzar el principal centro de interés, centro que debemos asegurarnos que exista.
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